Son grandes defensores de las dos ruedas y las usan cotidianamente como modo de transporte por la ciudad pero apuestan por una convivencia pacífica con el transporte privado, los peatones y el resto de vehículos. Ante el debate generado durante los últimos meses, proclaman la necesidad de que los ciclistas incumplidores sean sancionados cuando lo merecen La semana pasada supimos que el Ayuntamiento congelaba la polémica Ordenanza de Movilidad. La administración ha decidido esperar a que el Gobierno concrete los cambios anunciados en la normativa estatal, que podría permitir la circulación por aceras de más de 3 metros de anchura.
¿Creen que el Consistorio ha rectificado a tiempo? Luis Palacios: Bueno, nosotros oficialmente no sabemos nada, simplemente lo que ha aparecido en prensa. Pero la valoración que hacemos es que nos da la impresión de que es ganar tiempo. No se quieren meter en más ruidos, ya generó conflicto cuando se aprobó provisionalmente y ahora parece que la previsión de la DGT les sirve de disculpa para atrasarlo. Somos muy escépticos a que estén esperando a nada en realidad. Ustedes decían que mejor tal y como está ahora, sin ninguna ordenanza, que con una que establecía restricciones. Pedro Mediavilla: Actualmente tenemos el reglamento general de tráfico en vigor, que es el que existe, el que se puede aplicar en la ciudad. Y hay muchas cosas del reglamento que también son contrarias a la bicicleta porque en su día no se pensó la bici como un vehículo urbano, sino simplemente deportivo. Y ahora la DGT parece que piensa en la bicicleta como un vehículo ‘especial’, al que le otorga incluso preferencia con respecto al resto. ¿El debate generado a raíz de la aprobación inicial de la ordenanza ha cambiado la convivencia entre bici y peatón? ¿La ha empeorado o mejorado? L.P.: Pues incluso entre nosotros hay discrepancias al respecto. Hay quien dice que hemos ido a peor porque se han enfrentado en los medios peatones y ciclistas. Yo no lo tengo muy claro, pero algunos piensan que todo este debate ha dado argumentos a los peatones. Y lo último que queremos es enfrentarnos a ellos. Queremos que sancionen a los ciclistas incumplidores, que se sepa que los ciclistas respetuosos son mayoría, pero a veces parece que no llega este mensaje. P.M.: Las cosas se han leído superficialmente y no se ha profundizado en ello. Hay quien ha querido entender cosas que ni vienen en la ordenanza ni son en la realidad. Se han quedado en el subconsciente de peatones y ciclistas cosas que no son ciertas, y eso es perjudicial. Nosotros siempre decimos: lo que queremos es la mejor relación posible peatón-ciclista, no somos enemigos de nadie, favorecemos que no haya más coches en la ciudad.
¿Han mantenido contactos con el Ayuntamiento a raíz de la presentación de sus alegaciones a la ordenanza? L.P.: No hemos tenido ni contestación ni llamada telefónica ni nada. Cuando surgió el debate nos dijeron que hablaríamos, pero a partir de la presentación de nuestras alegaciones, cuando la polémica desapareció de la primera plana, no han vuelto a decir nada. Pero es que además nosotros tenemos más información que la Concejalía tanto de lo que se cuece en la propia DGT como de la Federación Española de Municipios y Provincias, porque tenemos gente en las mesas nacionales.
¿Por dónde creen que irán los tiros de la modificación normativa que prepara Tráfico? L.P.: Lo que debe dejarse claro es que la bici ya no es lo mismo que hace 20 años. Y como mínimo la DGT debe dejar potestad a los ayuntamientos para que regulen en sus ámbitos competenciales. No como hasta ahora, que muchos ayuntamientos estaban frenados por miedo a ir en contra de la norma nacional. Como pasó en Sevilla, que recurrieron una ordenanza municipal que permitía ir por zonas peatonales, el Ayuntamiento perdió en el TSJ de Andalucía pero ganó finalmente en el Supremo.
P.M.: Podría haber también cuestiones en torno a la velocidad, en cuanto a las anchuras de circulación permitida en aceras que se habla de 3 metros pero en otros textos de 4 o 5… Todo esto está en fase de estudio. L.P.: En Europa también se emplean calles de un único sentido de circulación, con sobreanchura en el carril, para resolver conectividades ciclistas, mediante una franja de la calzada por la que las bicis pueden ir en sentido contrario durante unos pocos metros. Pero bueno, son cosas que se acabarán normalizando si dan libertad a los ayuntamientos.
¿Creen que el de Burgos sería atrevido? P.M.: No sabemos, es hablar de un futurible. L.P.: Pero sí que es verdad que lo que ha ocurrido hasta ahora ha sido significativo. Por ejemplo, lo que han hecho en el Paseo de Atapuerca. Si preguntamos a los ciudadanos si eso es un carril bici o no nadie se aclara, y no lo hace porque el Ayuntamiento no ha tenido voluntad de aclararlo.
Es época preelectoral, tiempo de pedir a los partidos políticos. ¿Cuáles son sus principales reivindicaciones? P.M.: Lo primero que vamos a pedir es que la señalización del carril bici sea actualizada, por ejemplo en las intersecciones con la calzada en las que según el reglamento de circulación actual es la bici la que tiene preferencia pese a que estén pintados unos ‘ceda’. L.P.: Nosotros a todos los partidos les hemos mandado el mismo documento. Y como criterio general, pedimos una visión global, una malla bien estructurada de itinerarios ciclistas, que se decidan a otorgar un tratamiento un poco especial a la bicicleta. No es normal que nos obliguen a ir por calzadas sin tráfico calmado. Aspiramos a ir por los carriles bicis, por las zonas peatonales aunque pongan limitaciones de horas o velocidades y que demos ese salto de calidad a pensar que lo importante no son las bicis, sino que algunos de los ciclistas dejen el coche.
¿Y se han dirigido los partidos políticos a ustedes para pedirles estas opiniones? P.M.: Sí que lo ha hecho alguno, pero no nos gustaría concretar, que sean ellos los que lo comenten. Nosotros estaremos encantados de escuchar o debatir con cualquiera sobre propuestas de movilidad. Pero por si acaso a alguno no se le ha ocurrido preguntarnos por eso hemos hecho nosotros las propuestas. L.M.: Tristemente no tienen esa visión global, no son muy atrevidos. Mirando a San Sebastián, rival en el tema de 2016, da gusto ver las iniciativas políticas, la vocación verdadera que tienen allí de potenciar la bici.
¿Creen que el bulevar recién estrenado está bien diseñado en cuanto a la bicicleta? P.M.: Sí en cuanto a movilidad. Se nota que está reflexionado, que es un diseño pensado. Este domingo tenemos organizado un paseo en bicicleta para conocer el bulevar y probarlo sobre la bici, pero creemos sobre todo que la mayor ventaja del bulevar es haber quitado todo el aparcamiento a los lados, evita muchos peligros y embolsa los vehículos fuera de la avenida.
¿Y cuál es el principal inconveniente que han detectado? P.M.: Que el carril bici se visualiza poco, el tipo de pavimento impide una separación visual. Y también que no hay ningún tipo de señalización visual con catadióptricos entre el carril bici y el de transporte público. Alguna solución de separación se terminará tomando, imaginamos.