Todo 12 /Actividades BCB 1 /Agenda 0 /Al trabajo en bici 0 /Aparcabicis 0 /Biblioteca - Literatura 0 /Bicibur 1 /Campañas 3 /Con Bici 0 /Concursos 0 /Consejos 1 /Dibujo Escolar 1 /En primera persona 0 /Encuentros 0 /Fotografía 0 /Jornadas El Mundo en Bicicleta 0 /Jornadas Viajar en Bici 0 /La bici en la ciudad 0 /Lo que se cuece por ahí 0 /Mapas y GPS 0 /Masa crítica 0 /Microrrelatos 0 /Normativa ciclista 0 /Observatorio de la bici 1 /Perros sueltos 0 /Política municipal de movilidad 0 /Rutas 0 /Rutas en OndaCero 0 /Sin categoría 0 /Urbanismo 1 /Viajar en Bici 0 /Vías ciclistas 3

Señalización vertical en aparcabicis
!!!Por fin se han colocado los primeras señales verticales en…
21 enero, 2009/por Burgos Con BiciCartel y bases del 2º Concurso de Dibujo «Con Bici al Cole»
CARTEL DEL SEGUNDO CONCURSO ESCOLAR DE DIBUJO "POR UNA CIUDAD…
11 enero, 2009/por Burgos Con BiciCambio de horario de las reuniones de la asociación
El nuevo horario de las reuniones de la asociación es: primer,…
3 diciembre, 2008/por Burgos Con Bici
Inicio de la campaña «A clase en bici»
La Concejalía de Movilidad del Ayto. de Burgos presentó el…
21 noviembre, 2008/por Burgos Con Bici
Fomento del uso de la bicicleta en la Universidad de Burgos
Desde Burgos Con Bici se ha iniciado un grupo de trabajo para…
11 noviembre, 2008/por Burgos Con Bici
Para recuperar bicis robadas
Toni, un usuario habitual de bici en Burgos, ha tenido una fantástica…
6 noviembre, 2008/por Burgos Con BiciObras en el carril bici en el ¡Paseo Pintor Javier Cortés (Rio Vena traseras Escuela de Idiomas)
La ribera del Vena entre la Av. Cantabria y el Centro Cívico…
26 octubre, 2008/por Burgos Con BiciAmpliación del servicio de préstamo Bicibur
Los puntos de préstamo del servicio municipal de bicicletas…
24 octubre, 2008/por Burgos Con BiciCampaña Bici+Tren: Reivindica la necesidad del uso compartido de bicicleta y ferrocarril
Ciclistas llegados de toda España (10 de ellos desde Burgos),…
20 octubre, 2008/por Burgos Con Bici
Cortes en el carril bici
Parece que el carril bici “llama” a las obras públicas pues…
3 octubre, 2008/por Burgos Con BiciExposición del avance del plan general de ordenación urbana
El avance del PGOU cuya redacción corre a cargo del equipo de…
30 septiembre, 2008/por Burgos Con Bici
Éxito de la 2ª operación Ring-Ring
Como ya sabréis Burgos Con Bici organizó el pasado día 20…
20 septiembre, 2008/por Burgos Con Bici











No sé montar en bicicleta. Ya está. Ya lo he dicho.
/en En primera personaCuando tenía cinco años, mis padres me compraron una. Pero a la primera caída decidí que eso no era para mí. Mis padres eran intelectuales. No se les ocurrió mejor idea que respetar la decisión del niño en vez de obligarlo a aprender, como Dios manda.
A los veinte años, mi chica insistió en enseñarme. Como estaba enamorado, acepté. Mientras yo me caía y hacía el ridículo, su hermanita de seis años pasó a nuestro lado en su bici sin rueditas y me dijo, con una sonrisa de sorna:
–¿Tan grandazo y no sabes montar en bicicleta?
Me largué de ahí. Y rompí con esa chica.
Ante la incomprensión del mundo, suelo defenderme con un argumento de física elemental: es absolutamente imposible que las bicicletas se mantengan erguidas. Las cosas, si no tienen apoyos, se caen al suelo. Todo el mundo lo sabe. Un día, de repente, todos los ciclistas del mundo se darán cuenta y se partirán la cabeza.
Creo que, de tanto repetirlo, me lo he llegado a creer.
Pero ahora tengo un hijo. Y ese canalla insolidario y mezquino de cinco años ha aprendido a montar en bicicleta. Lleva meses diciéndome:
–Papi, ¿no te gustaría ir juntos en bicicleta?
O:
–Papi, qué pena que no sepas montar.
O la más humillante:
–Papi, si quieres, te enseño a montar.
Los niños te vuelven adulto. Te hacen notar y corregir todas las carencias de ti mismo que siempre te negaste a afrontar. Desde el nacimiento del mío, he sacado el carné de conducir, he hecho terapia, aprendido catalán, practicado ejercicio, luchado contra mi neurosis, mejorado mi relación con la tecnología y organizado mi contabilidad. Pero comprendo que ha llegado la hora de dar el último paso hacia una adultez plena.
Durante una semana busco en Internet instrucciones para montar en bicicleta. Cómo poner la cadera. Qué precauciones tomar. No hay nada. Es una ciencia sin teoría. ¿Cómo rayos ha aprendido todo el mundo?
Al final recluto como profesor particular a mi amigo más deportista. El pobre cree que va a ser fácil.
–Diez minutos –me dice–. O diez segundos. Montar en bici es lo más sencillo del mundo.
–Hermano –le respondo tristemente–, no sabes con quién estás hablando.
Escogemos una calle peatonal y vamos de noche, a la hora en que no circulan niñas tocapelotas como la hermanita de mi ex. Y me subo en la bicicleta.
–¡Ahora pedalea!
Al primer esfuerzo me caigo. Y al segundo. Y al decimocuarto. Mi amigo me empuja en la bicicleta como a un niño. Y tampoco funciona. Mi amigo teme que yo tenga una enfermedad neuronal. Puedo leerlo en su rostro.
Los transeúntes creen que voy borracho o drogado, cosas más normales que no saber montar en bicicleta. Yo me sigo cayendo. Estoy bañado en sudor y ni siquiera he avanzado un metro. Estoy a punto de dejarlo e irme a mi casa a llorar.
Hasta que, al fin, entiendo la única lección que hay que aprender, la que no está en Internet: sigue pedaleando.
Cuando te vas a ir de cara contra el suelo, no te detengas: acelera. Es difícil que tu cuerpo acepte esa regla porque atenta contra todo instinto de autoconservación, igual que la bicicleta atenta contra la regla física de que debería caerse.
¿Por qué me cuesta más aprender a mí que a un niño de cinco años? Porque tengo más miedos: si tuviese cinco años, mi único miedo sería que me manden a dormir sin postre. Hacerse adulto es irse cargando de temores: plazos de entrega, números de cuenta en rojo, enfermedades y cosas que pueden salir mal.
Cuando comprendo eso –y que la bici tiene freno de mano– comienzo a pedalear de verdad. De repente, el viento corre a mi alrededor. La bicicleta avanza. ¡Estoy derrotando las leyes de la física, toda mi historia personal, a todas las hermanitas repelentes del mundo!
Y entonces me estrello de cara contra un poste.
Esta historia la publicó Santiago Roncagliolo el día 20 de octubre de 2013 en el diario El País.
En el siguiente enlace podéis acceder al contenido original.
http://elpais.com/elpais/2013/10/18/eps/1382108391_935247.html