Revilla del Campo: Jeremy´s way
Domingo 8 de junio de 2014, son las 10:45 de la mañana cuando los primeros socios y amigos de BcB llegamos al punto de reunión, frente al MEH de Burgos. Los convocantes Agustín, Bea y David, acompañado de Neil, su amigo inglés. Poco a poco se van sumando los demás hasta un total de 19. Conchita y su amiga, Enrique y Silvia, Mónica y Vanesa, Teresa, Manolo, Julián. Carmen y Alberto nos alcanzan al inicio de la Vía Verde Santander-Mediterráneo y Raquel lo hará más tarde. Vienen también con nosotros un padre, su hijo y el espíritu de Jeremy que nos acompaña en una de sus rutas preferidas. Por cierto que ayer fue su santo.
Coincidimos en el punto de partida con la feria de cuidados organizada por el sindicato de enfermería SATSE. Dejamos atrás Burgos, ante la mirada asombrada y divertida del resto de usuarios de la vía que se cruzan con un pelotón tan variopinto. Nos reagrupamos en las zonas de descanso repartidas estratégicamente a lo largo del camino. Pasamos por Cardeñadijo y superamos el oscuro túnel posterior. Ya en Modúbar de la Emparedada hacemos un descanso junto al molino. Algunos aprovechan para almorzar en una taberna cercana, mientras que los demás charlamos y saludamos a los nuevos integrantes del grupo.
Atravesamos ahora por caminos al margen de la Vía Verde un fértil valle que conduce a Modúbar de la Cuesta. Desde aquí tomamos una carretera local con poco tráfico que tras salvar un puertecito desciende al primero de los tres barrios que conforman los Ausines, en este orden: Quintanilla, San Juan y Sopeña. El barrio de San Juan ofrece un soberbio espacio para acampar junto al río. Reagrupados allí, decidimos pedalear los 5 kms que nos separan de Revilla del Campo. David y Neil disfrutan de una vista panorámica excepcional desde la ermita románica del barrio de Sopeña. Una vez llegados a Revilla, tomamos posiciones en la terraza de la cantina, pertrechados de cervezas bien frías. Ahora el sol calienta con fuerza. Neil se despide de nosotros ya que debe continuar su camino hacia Valencia. El resto cruzamos el rehabilitado puente de piedra y comemos en el merendero situado junto al río, cobijados a la sombra de los álamos. Raquel se une al grupo. Llega la hora de la siesta, y tras ésta, nos hacemos todos juntos una foto frente a la cantina, con unos folios en los que puede leerse la siguiente frase: JEREMY WE MISS YOU. Estamos seguros de que este gesto emocionará al maestro. Varios miembros de la expedición se vuelven ahora a Burgos. Manolo y Teresa proponen al resto una excursión optativa consistente en visitar un paraje cercano, ubicado en un estrecho valle. Allí caminamos entre los árboles por un sendero que se interna en el corazón de un cañón rocoso. Descubrimos un lugar mágico, de rocas esculpidas caprichosamente por la acción erosiva a lo largo del tiempo, de cuevas que ofrecieron cobijo a nuestros antepasados, de ecos que devuelven nuestras palabras y nuestras risas.
Tras la visita desandamos el camino hasta la entrada del valle, descansamos unos minutos y subimos de nuevo a nuestras bicicletas. Por caminos alcanzamos de nuevo la localidad de Revilla del Campo, a la que accedemos por la orilla izquierda del río Ausín. Ahora por asfalto cubrimos veloces la distancia que nos separa de Los Ausines. Evitamos ascender un puertecito tomando un camino llano con buen firme que nos lleva a Revillarruz, y otro no tan bueno que finaliza en Cojobar. Un pinchazo inoportuno nos deja a merced de un enjambre de voraces mosquitos. Siguiendo el seguro trazado de la Vía Verde alcanzamos pronto Modúbar de la Emparedada y afrontamos la travesía del oscuro túnel que precede al cómodo descenso que pasando por Cardeñadijo termina en las calles de Burgos, cuando ya comienza a anochecer y se agradece el uso de las chaquetas. Llegamos cansados a casa, después de una jornada extraordinaria, de buen tiempo y de amistad entre los socios de esta gran familia llamada BcB, amante del cicloturismo compartido y divertido.
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